LA CHICA QUE LEÍA EN EL METRO
-Christine Féret-Fleury
“Los libros nuevos también tienen olores diferentes según el papel, pero nada decían de las manos que los habían sujetado, de las casas que los habían albergado, aún no tenían historia, una muy diferente de la que narraban, una historia paralela, difusa y secreta”
Sinopsis del libro:
Si te gusta leer en la tina o por encima de la espalda de tu vecino; dejar el libro en un vagón del metro u ofrecerlo a tu mejor amigo; compartir tus lecturas en familia o con tu pareja, si coleccionas separadores, ejemplares únicos o no te pierdes nunca las últimas novedades… este libro es para ti.
Juliette toma el metro todos los días a la misma hora. Y lo que más disfruta del trayecto es observar a aquellos que leen a su alrededor. La vieja dama, el bibliófilo de rarezas, el estudiante de matemáticas, la joven muchacha que llora en la página 247. Juliette los mira con curiosidad y ternura, como sus lecturas, sus pasiones, la diversidad de sus vidas pudiesen dan color a la suya, monótona y previsible.
Sin embargo, un día decide bajar dos estaciones antes de lo habitual, tomar un nuevo camino para ir a trabajar, sin saber que su vida estará a un solo paso de cambiar para siempre.
“Una bella fábula dotada de un pequeño toque de locura para todos aquellos que quieren cerrar un libro con la sonrisa en sus labios”
Mi reseña 🙂
Hay ocasiones en que los lectores necesitamos un break de las lecturas complejas, profundas y densas, pero sin dejar de leer, claro, por lo que buscamos una lectura amena y entretenida pero ligera.
Y “La chica que leía en el metro” es el libro perfecto para eso, que además, tiene un ligero toque de misterio y también simpáticas ilustraciones intercaladas, todas en blanco, negro y verde.
Nos cuenta la historia de Juliette, una chica que ronda en la mitad de los 20’s, y vive una etapa en la que no le encuentra sentido a su vida, bastante monótona y sin profundidad, que se reduce solamente a trabajar en una agencia inmobiliaria.
Lo que le da una chispa a su vida es su amor a los libros y su pasatiempo de observar qué es lo que leen las personas en el metro, a quienes tiene bien identificadas, e imagina quienes esas personas son y hacen basándose solamente en sus gustos literarios.
Un día decide bajarse una estación antes para recorrer el resto del camino a pie y un lugar que tiene una puerta entreabierta con un libro sosteniéndola, cambia su vida para siempre.
En este lugar, en cuya entrada hay un letrero muy particular que reza “Libros sin límites”, Juliette conoce a un hombre en cuarto lleno de torres y torres de libros llamado Solimán y a su pequeña hija Zaida que, al igual que ella, son unos apasionados de los libros, y a un nivel que jamás hubiera imaginado que podría existir…
Solimán en ese lugar, se dedica a distribuir las lecturas a sus “pasantes de libros”, que son personas que van a recoger algunos títulos y se dedicar a repartirlos pero jamás al azar, sino que le proporcionan al futuro lector lo que realmente necesita en esa etapa de su vida, por lo que son seres observadores, meticulosos y conocedores de libros, y le ofrece el trabajo porque tiene una vacante que dejó una mujer que se quitó la vida, una persona a quién curiosamente Juliette conocía… a ella le parece un trabajo muy extraño e imposible de realizar para, pues no se siente con las capacidad sociales para interactuar y observar a los demás para elegir las lecturas que les cambiarán la vida, pues Solimán siente que los libros tienen ese alcance y potencial.
Sin embargo, decide intentarlo. Así que ese día regresa a su casa con una pila de libros y muchas dudas en su cabeza.
Al día siguiente, de manera sorprendente y casi por si solo, el primer libro cae en las manos de un nombre mientras Juliette va en el metro, también uno de los libros que libera es un golpe de suerte para su compañero de trabajo, y así, poco a poco, los libros empiezan a cambiar vidas…
Y conforme avanza el tiempo y los libros van cambiando de manos, Solimán le hace una propuesta extraña que Juliette acepta más por querer ayudar que por otra cosa, y renuncia a su trabajo en la agencia inmobiliaria para irse a vivir a una pequeña habitación contigua al cuarto lleno de libros del que Solimán parece no salir nunca, y la trama toma un giro bastante inesperado (al principio pensé que sería una lectura bastante predecible, pero la verdad ese final no lo veía venir).
Me encantó esta lectura porque aunque los personajes no tienen demasiada profundidad, los verdaderos protagonistas son los libros, siento que una persona que realmente ama los libros se va a identificar con las emociones que Juliette siente hacia ellos, incluso la forma en la que describe su irresistible aroma, ya sea de títulos antiguos o nuevos, me fascinó que habla del libro no como un objeto, sino como algo vivo que se comunica contigo, que te acompaña, te cambia la vida o te hace vivir emociones que antes desconocías, y te lleva a lugares que nunca habías imaginado, tiene una prosa tan particular en la que es evidente el cariño con el que la autora escribió cada frase, lo puedo describir como un pequeño homenaje a nuestros amigos de papel, es una historia por y para los libros ♥
Yo pienso que cuando estás en una biblioteca o en una librería, tú no escoges los libros, sino que ellos te escogen a ti, ningún libro llega a nuestras manos por casualidad. ¿Qué opinas tú? ♥
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Excelente reseña, esta vez me has hecho reflexionar con tus letras, me gusta leer pero no puedo decir que lea como tu y es genial que poco a poco nos introduzcas no sólo a mi si no a los demás lectores al mundo de los libros un poco más.